Sobrevive a una boda británica sin morir de protocolo

Ir a una boda británica es toda una experiencia. No esperes flamenco, arrojar arroz a la salida de la iglesia o ver a tu tío bailando Paquito el Chocolatero. Aquí hay normas, muchas normas. Pero tranquilo, que te explicamos todo lo que necesitas saber para que no te tomen por un hooligan y puedas disfrutar de la fiesta como un señor británico de bien.

La invitación: Léela como si fuera un contrato

Si creías que una invitación de boda solo tiene la fecha y el lugar, bienvenido al mundo británico. Aquí las invitaciones vienen con detalles sobre el dress code, el horario (que se cumple a rajatabla), y si estás invitado a toda la boda o solo a la evening reception (la fiesta de después). No asumas nada: si no dice que puedes llevar acompañante, mejor no aparezcas con uno.

El atuendo: No todo vale

Las bodas británicas son un desfile de elegancia (y de sombreros). Si eres hombre, necesitas un morning suit (chaqué) si la boda es muy formal o, al menos, un traje oscuro con corbata. Nada de camisas desabrochadas ni zapatillas.

Si eres mujer, es el momento de brillar con un vestido elegante, pero ojo: que no sea blanco ni demasiado corto. Y aquí viene lo más importante: el fascinator o sombrero. Cuanto más estrafalario, mejor. En una boda británica, la fantasía en la cabeza es bienvenida.

La ceremonia: Seriedad británica

Si es en una iglesia, toca estar de pie, sentarse y responder a los rezos en el momento correcto (sigue al resto y no fallarás). Aquí no hay aplausos después del «You may now kiss the bride«, ni gritos de «¡Vivan los novios!». Solo un elegante silencio y miradas de aprobación.

El banquete: Comida con disciplina

Olvídate del jamón y la barra libre desde el minuto uno. La comida viene por fases: primero el wedding breakfast (que no es un desayuno, sino la comida formal), seguido de discursos interminables del padrino, el padre de la novia y el novio. No te atrevas a levantarte de la mesa hasta que todos hayan terminado sus discursos, o te mirarán como si hubieras insultado a la reina.

El momento de los discursos: No te escapes

Los británicos adoran los discursos en las bodas. Prepárate para escuchar historias entrañables y chistes que, si no tienes un nivel decente de inglés, pueden dejarte con cara de «no entiendo pero sonrío». Lo mejor es practicar tu fake laugh (risa falsa) para encajar.

La fiesta: Ahora sĂ­, a beber

DespuĂ©s de tanto protocolo, llega la parte divertida. La evening reception es el momento de soltarse, beber Pimm’s o gin & tonic como si no hubiera mañana y ver a los británicos desatados en la pista de baile. Eso sĂ­, nada de canciones latinas: aquĂ­ mandan los clásicos británicos, de Queen a Oasis.

Sigue el protocolo, pero disfrĂşta

Las bodas británicas pueden parecer un reto logístico, pero si sigues las reglas, te lo pasarás genial. Llega puntual, sigue el protocolo, bebe con moderación (al menos al principio) y prepárate para un día lleno de tradiciones curiosas y mucha elegancia. ¡Dios salve a los novios!

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